Hace unos meses estuve como co-trainer de Alan Cyment, en un curso de Scrum. Los asistentes pertenecían a una empresa que genera contenido multimedia que se publica en la Web. Los equipos son multidisciplinarios, e incluyen personas con skills en desarrollo de software, diseño gráfico, periodistas, expertos en video y comerciales. Una duda que surgió es si se puede ser creativo e innovador en un ambiente con limitaciones temporales, como cuando se aplican las reglas de Scrum. De la interesante discusión que siguió, Alan recomendó (y me prestó) el libro Free Play, de Stephen Nachmanovitch, que tiene una versión en castellano editada por Paidós.
Es un libro interesante, que recomiendo. Tiene muchas referencias a temas que no conozco: Tao, Zen, Judeo-Cristianismo y mitología griega, además de muchas citas a poetas y músicos. Pero eso no impide que la lectura sea amena, y que se puedan entender las ideas sin haber leído a William Blake, T.S. Elliot, Rimbaud, …
La alineación con ideas que se utilizan en Scrum es notoria. Van algunos ejemplos:
• La práctica: para poder improvisar es imprescindible tener dominio total de la técnica (por ejemplo el instrumento musical). Sólo cuando conocemos la técnica al punto de poder desentendernos y olvidarnos de ella, estamos en condiciones de crear improvisando, sin los planes y correcciones de una composición.
• El juego: Hay que disfrutar de lo que se hace, llegar a un estado lúdico. En este estado nos sumergimos en la actividad de una manera tal que se pierde la distinción entre lo que hacemos y nuestro yo. En el juego nos liberamos de preconceptos y podemos experimentar.
• El poder de los límites: es la referencia que surgió en la conversación que comenté al principio del post. La libertad absoluta no siempre buena para la creación. El tener límites nos obliga a focalizarnos y ser más creativos. A veces los límites son externos, a veces son autoimpuestos. Un ejemplo del libro son las improvisaciones de 1 minuto. Obvia correlación con el concepto de timeboxing.
• El poder de los errores: si experimentamos, estamos expuestos a tener errores. Pero los errores son una forma importante de aprendizaje y punto de partida para los próximos experimentos.
• El espectro que juzga: la idea de calidad es muy importante, pero si nos juzgamos de forma negativa, inhibidora, previa a tener sobre lo cual juzgar, llegamos a un bloqueo. En ese estado, nada es lo suficientemente bueno. Este espectro también aparece como miedo sobre la recepción que tendrá nuestro producto y trabajo. Puede originarse en un entorno negativo, pero finalmente somos nosotros los que permitimos que nos afecte.
En resumen, un libro para leer y releer. Ver también Artful Making
No hay comentarios:
Publicar un comentario