Como en todos los casos en los que participé (Buenos Aires, Córdoba, Tandil), la experiencia fue muy buena. Las gente es entusiasta, y se crea un clima de aprendizaje muy bueno.
Verán en las fotos que no logramos hacer que la sesión inicial y el cierre fueran con un círculo plano. Sin embargo esto no afectó el funcionamiento. Además, hacer las sesiones en un museo, entre pinturas y esculturas, le dió un toque interesante. Podríamos haber usado el patio, pero estuvo lloviznando de a ratos.
Martín Alaimo facilitó la apertura y las dinámicas de las sesiones, mientras que Diego Fondevila facilitó el cierre.
Apertura: En la apertura, tardamos en votar y en armar la agenda. Creo que fue por no tener suficiente lugar para que varias personas estén paradas frente al mercado o a la agenda. La gente para votar se toma un par de minutos, leyendo las propuestas. Esto es algo parecido a lo que pasó en Córdoba. Pero no encontramos mucha alternativa.
Las sesiones salieron rápidamente, sin miedo. Pero también se cortaron rápido. No fue necesario descartar sesiones, cuando se unieron las similares, había suficientes slot para todas.
Sesiones: a diferencia de otros AO, no estuve en ninguna sesión con poca gente (menos de cuatro). Las sesiones fueron muy buenas. Tuvimos el juego del pajarraco, que facilitó Nico Paez, pero pasé a tomar fotos.
En otra sesión se dió un caso interesante: en una sesión se dieron cuenta que todos querían escuchar una intro a metodologías ágiles, pero no había nadie presente para comentar el tema, ¿cómo lo resolvieron? se fueron a la sala de al lado y pidieron ayuda. Nico tomó la posta.
En un par de sesiones me levanté luego de un rato. Un poco porque habían perdido empuje, y otro poco para fomentar que la gente se mueva un poco. No vi mucho movimiento, me parece que la gente en general se quedó en las sesiones.
Las sesiones a las que fui: Intro Lean, Equipos Chicos, Testing, Retrospectivas, Arquitectura.
Cierre: como en los cierres de Cba y Tandil, el radar/termómetro del final es bueno por paliza. Esto no es tan raro, ya que se quedan hasta el final los que están más enganchados, pero aún así, se quedaron muchos. Hubo muchos comentarios positivos, y se habló un poco de como seguir. Sin embargo, los próximos pasos fueron más hablados en los pasillos, y en los mails posteriores.
Termino agradeciendo a Liliana Rathmann, Horacio Sampaoli y Martín Alaimo, que llevaron en sus hombros gran parte del peso organizativo (el costo de ser local!)
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